¿Cuándo es necesario el pulido de suelos?

Muchas veces nos podemos volver locos intentando recuperar el brillo inicial de pavimentos de mármol, granito o terrazo sin obtener los resultados deseados. Y es que, es frecuente confundir agresiones (es decir ataques) con manchas. Las manchas se pueden limpiar, pero las agresiones deben repararse y esta reparación consiste en el pulido de estas superficies, que nos permitirá eliminar los daños que hubiese sufrido el suelo. No obstante, con el pulido se elimina el brillo del pavimiento por lo que, cuando se termina con la reparación es necesario realizar un abrillantado (más técnicamente conocido como cristalizado).

Aquí os dejamos los pasos a seguir para realizar el pulido y cristalizado del suelo:

  1. El primer paso será utilizar las plaquetas diamantadas para desbastar superficialmente nuestro pavimento junto con un soporte de estropajos. Debemos saber que las plaquetas de 60 y 120 son las que desbastan literalmente la superficie del material, las plaquetas de 220 y 400 aplican un desbaste más ligero para igualar y la plaqueta de 800 es la encargada de dar el acabado definitivo al pulido. Entre cambio y cambio de plaqueta se debe limpiar el suelo para eliminar tanto la “pasta” generada del pulido como los restos de grano de la plaqueta utilizada.
  2. Durante el proceso anterior deberemos utilizar agua para lubricar el suelo y evitar la creación de polvo y dañar en exceso el pavimento.
  3. Una vez finalizado, tendrá un tacto fino, pero sin brillo. En este momento, deberemos dejar que el suelo se seque completamente.
  4. Para cristalizar necesitaremos un nuevo soporte de estropajos, para colocar en este caso las bobinas de lana de acero y evitar que los filamentos metálicos que se queden adheridos puedan dañar las plaquetas en trabajos futuros.
  5. Aplicaremos 1 o 2 tapones por mdel líquido cristalizador sin diluir. El mejor método es pulverizarlo directamente sobre la superficie.
  6. Al temrinar el abrillantado, deberemos retirar la lana de acero y limpiar los restos del suelo con una mopa, paño seco o aspirador.